El olivar es un cultivo rústico y resistente que responde de forma extraordinaria a la fertilización foliar.
Su hoja absorbe con rapidez los nutrientes, lo que permite obtener producciones superiores con esta práctica.
Hoy en día sabemos que los tratamientos foliares aplicados sin signos de deficiencia mejoran la floración, el rendimiento y la calidad del aceite.
Estos estudios muestran que los tratamientos foliares no son solo correctivos, sino una estrategia preventiva y de alto retorno, clave para un olivar sano, equilibrado y rentable.
La clave está en aplicar estos tratamientos en las fases fenológicas adecuadas —brotación, floración, endurecimiento de hueso y lipogénesis—, momentos en los que el olivo muestra su máxima capacidad de respuesta.
Referencias científicas: Psarras et al. (2024); Tejada et al. (2022); Zouari et al. (2017); Tekaya et al. (2016); Toscano et al. (2002).
Nuestro Plan de Fertilización Foliar Guerrero es el resultado de años de campo y de la integración directa de la evidencia científica en la práctica agronómica.
Está diseñado para acompañar al olivo durante todo su ciclo vegetativo, aportando en cada fase los nutrientes y bioestimulantes que más influyen en la productividad y en la calidad final del aceite.
El plan se estructura en cinco tratamientos estratégicos, sincronizados con las etapas fenológicas clave:
Post cosecha | Brotación – Floración | Endurecimiento de hueso | Crecimiento del fruto | maduración
Tras la cosecha, el olivar entra en una fase clave para recuperar reservas y prepararse para el nuevo ciclo. Aunque el árbol parezca en reposo, internamente comienza a regenerarse, y este tratamiento ayuda a que lo haga con fuerza.
Objetivos principales:
Resultado esperado:
Un olivar fortalecido, protegido y equilibrado, listo para afrontar con vigor la brotación y floración de primavera.
Con el inicio de la brotación, el olivo despierta y define gran parte de lo que será su cosecha. En esta fase, el objetivo es activar el crecimiento vegetativo y preparar una floración abundante y equilibrada.
Objetivos principales:
Resultado esperado:
Un olivar vigoroso y bien estructurado, con una floración densa, sana y lista para transformar su energía en fruto.
Durante el cuajado, el olivo decide cuántos frutos seguirá alimentando. Es una etapa delicada, marcada por la competencia entre flores y la necesidad de mantener el máximo número de frutos viables.
Objetivos principales:
Resultado esperado:
Un cuajado firme y equilibrado que se traduzca en una carga de fruto estable, con buen tamaño y base sólida para el rendimiento final.
Con el calor extremo, el olivo entra en una fase crítica en la que necesita protegerse y mantener su equilibrio hídrico. Además es foco del ataque de la plaga más peligrosa: la mosca del olivo. El objetivo de este tratamiento es reducir el estrés y preservar la capacidad productiva del árbol en pleno verano, protegiéndolo de la radiación y de las plagas.
Objetivos principales:
Resultado esperado:
Un olivar fresco, protegido y activo, capaz de continuar la formación de aceite sin sufrir el desgaste del verano.
En esta etapa, el fruto alcanza su máximo desarrollo y comienza la acumulación de aceite. Es el momento de favorecer el engorde y la calidad del fruto, asegurando una cosecha equilibrada y de alto rendimiento.
Objetivos principales:
Resultado esperado:
Una aceituna grande, sana y con alto contenido en aceite, que garantiza una recolección rentable y un aceite de máxima calidad.